viernes, 6 de abril de 2012

Proceso y su mundo alterno: Misoginia político-mediática en contra de Vázquez Mota


Un cínico es un hombre que, en cuanto huele flores, busca un ataúd alrededor.
Henry-Louis Mencken

Qué gandallas, pensé tras leer la crónica sobre la visita de Josefina Vázquez Mota a tierras morelenses, escrito con el corazón de un reportero muy, pero muy comprometido con la causa Lópezobradorista, agazapado en los confines del medio que aglutina a los disidentes del gobierno sin entender cuál es a bien su malestar; Proceso.

Casual? No claro que no lo es, es la tendencia cínica que ha marcado la escuela de periodismo mal entendido construida a cal y canto por el otrora glorioso Julio Scherer y que ha cedido al ego y la sinrazón al prestarse a la misoginia y estupidez iniciada hace más de seis años desde la cantera de los que posteriormente se convertiría en la Morena.

Con él van de la mano centenares de ilusos románticos que pretenden, ¿Por qué no? Experimentar en cabeza propia y ajena las bondades del populismo que bien a bien desconocen.

El mencionado caso es un claro ejemplo de lo que la impunidad es en una persona resentida; la protagonista una joven que trabaja en un restaurante para solventar sus estudios universitarios, que muy en su papel de inconformidad se asumió como la encarnación de fiscal de un pueblo, interpelando con actitud majadera a una cliente, cuyo único error fue el haber querido consumir lo producido por la “gente de bien”.

Situación perfectamente aprovechada por el enviado de Proceso que comprometido al encargo de calumniar omitió los matices y puso en alto contraste lo ahí ocurrido, claro siguiendo instrucciones de los “autores intelectuales” destacados alumnos de la filosofía Goebbeliana y que por todos los medios pretenden crear un panorama desfavorable para la candidata del PAN, instalando trolles en puntos estratégicos que permitan documentar (de manera inducida) el que el descontento del “Pueblo Bueno” es tal que traen a salto de mata a la más cercana perseguidora de su enemigo de a mentis, cómplce de a debis; Enrique Peña Nieto.

Al entender la situación, motivaciones y ambiciones no podemos sino sentir un dejo de disgusto por las tácticas cobardes de quien se autonombra el “Embajador Internacional del Amor” que con mustia actitud arenga a sus huestes al reavivamiento del rencor y la sinrazón en pos del millonario hueso que saborea sin tener la menor posibilidad de resultar electo.

Así en medio de un juego de locos transcurren las campañas y editoriales soñando con remontar 30 puntos con el poder de la mentira y la cobardía.

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