El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad.
Albert Einstein.
Albert Einstein.
Cuando en 2006 Jack Dorsey creó twitter posiblemente jamás pensó en la existencia de organismos de la mentira como el orgullosamente mexicano Revolucionario Institucional, incluso a nosotros nos cuesta entender la razón de ser de onanistas políticos con nombres como el “Movimiento Nacional de Cibernautas”.
Pero esta incongruencia parece no importarle al extravagante Enrique Peña Nieto, quien hace uso de lo bots de manera inmisericorde, si de imagen y engañar gente se trata.
Indigna a cada ciudadano (o debería indignarle) la manera grotesca en la que son conducidos estos servicios de cibercebollazo, pero en este deleznable story board hay relatos paralelos de gente humilde, con necesidades, entusiasmo y esperanzas de crecer que se ven envueltos en engaños que rozan en la explotación y el delito.
Pareciera que la política saca al delincuente que cada uno podría tener aletargado en lo más recóndito o lo más expuesto de nuestro ser.
No debería de ser así, no deberían permitirlo ni autoridades jurídicas ni electorales, incluso subiendo un par de rayitas a nuestro reclamo el microblogging tendría motivos suficientes para sancionar a los responsables o a la región entera por este quebranto a la naturaleza de la red social: Información fiel y entretenimiento.
Pero mientras existan políticos, no habrá cura en salud que pueda garantizarnos el bienestar, sin embargo el poder del PRI sobre el país infunde a la nación entera la sensación de corrupción necesaria para activar el engranaje social, pues su forma de hacer política, es necesariamente su filosofía de conducción personal y pública.
A continuación un fragmento de Ciberactivistas asalariados por Fundación Colosio y otros organismos cercanos al PRI.
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