Humberto Moreira había renunciado!, me fui a la cama contento con la noticia, era un traspié para un personaje cínico, que abusaba de su poder político y que saqueó con el mismo descaro. Cierto me costaría un capuchino pues ingenuamente pensaba que el Priísmo aberrante sería el mismo sempiternamente por siempre siempre, cuando días atrás mi querida amiga Isa apostaba por su salida, caray, para el museo de Ripley! Un priísta heredero de las glorias de Don Fidel Velázquez, Luis Echeverría, Jolopo y Arturito Montiel dejaba el hueso a medio banquete. Por más que le pensaba no encontraba antecedente, sería este Moreira un auténtico paladín de la democracia y la rendición de cuentas? Estaba en extremo canijo tan sólo imaginarlo.
No tenía ni un mes cuando se pitorreba de Ernesto Cordero, menos aún había pasado cuando gritaba a los cuatro medios su sorpresiva victoria en Michoacán, donde algunos dicen la Tuta y su tío le echaron la mano otros más se van del lado de los templarios, lo importante en términos realmente valiosos era el triunfo en un territorio sin ley, una más de las narcocomarcas se sumaban a la fortuna del PRI.Total, ahora Moreira está fuera, fuera!
Será que la unidad priísta es inobjetable y diáfana como al agua de charco? O quizás el Divo de Atlacomulco es realmente aquel que no consciente nada? (pues Beltrones apenitas se despedía de sus aspiraciones sin meter las manos). Y de aquí sólo se me ocurre pensar en que esos $32,000,000,000 de pesos eran más de los que Peña Nieto soñó con desaparecer o quizás no. Otra hipótesis que me asalta rompe con otro paradigma tricolor, pues un priísta jamás se fija por dónde pisa y la apabullante mayoría de las veces sale incólume, el problema es que con su acción pisó los intereses de otro priísta, el mismito en el que las organizaciones del lunch vivendi, burócratas, delincuentes e incautos tienen fincadas sus esperanzas de status improductivo el socialité que desea para todo el país lo que consiguió para el Estado de México, es decir una entidad con sorpendente desarrollo en… Nada!
Si algo hay que reconocer de la administración Peñista son las inmisericordes concesiones carreteras, primer lugar nacional en feminicidios, poseer tres de los diez municipios más pobres del país entre ellos nada menos que la capital y laboratorio priísta; Toluca… (¿Sería bueno decirle la pobre?), pero ovación y palmas aparte merecen la inmensa deuda pública de más del doble por la que el célebre Humberto Moreira tuvo a bien dejar la presidencia del PRI.
Por lo pronto un truhán se baja o lo bajaron del barco atlacomulquense que pretende reclamar la propiedad del país más para mal que para bien. Qué gusto, pero más gusto nos daría a todos que pagara, cierto hablando de pagar tengo que saldar ese capuchino con mi amiga Isa, y el buen Humberto a pensar cómo maquillar todos esos millones que ya ni me acuerdo cuántos son.
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