No es digno de mandar a otros hombres aquel que no es mejor que ellos.Ciro.
El desconsuelo, pariente cercano al coraje estaba al punto de la extinción, cuatro días tras la esperada elección presidencial parecían suficientes para resignarme al mandato de una persona más ignorante, pretenciosa y vengativa que el mexicano promedio.
Aún recordaba a mi vecina, operadora de redes ciudadanas del PRI, mentando madres con furor al cierre de la casilla mientras blandía una gigantesca matraca, en su tremendo caos mental denigraba en una misma oración a Fecal y al Peje, a los “pejezombies” y a los “pendejos” del 132, “ya chingamos”, “ya nos los cogimos” vociferaba cual pitonisa de lo que parece ineludible.
Para entonces los resultados exhibían la valiente defensa que los electores hicieron de Josefina en una comarca de dominio priísta, un empate técnico ante el millonario gasto priísta sabía a triunfo, la casilla 2466 de Metepec con 67% de participación había hecho su trabajo, era el turno de equilibrar la balanza en los tradicionales bastiones panistas.
Jamás llegarían las buenas noticias, México dobló las manos y entregó el poder a el más vacío de los personajes políticos que el cuño priísta pudo conseguir.
El emotivo discurso de Josefina nos regaló tranquilidad, no era una política más, era una madre dando consuelo a sus hijos, con la esperanza de que no quedarían en el desamparo, guapa, inteligente, tierna, respetuosa y optimista reconocía haber quedado fuera de la contienda en un gesto de generosidad democrática jamás visto.
AMLO no se pronunciaría, como no lo ha hecho oficialmente hasta hoy, aguardando un respiro para preparar el contraataque desesperado que lo pueda postrar en el trono de México, a diferencia de otras ocasiones su actitud no me parece infundada, el gasto del PRI fue procaz, peinaron cada hogar en busca de la compra del voto y debería ser suficiente para anular el triunfo por exceder los gastos de campaña en varios cientos de millones.
Se conocieron y presentaron más casos que en toda la historia, evidenciando ciberactivistas, brigadistas, burócratas y militantes , es lo que espera AMLO, un juicio justo, en mi consideración sano para sentar el precedente, un acto inútil quizá, pero no por ello equivocado.
Vino a mi mente la patológica conversación mental, cuál habría sido el destino de AMLO si como demócrata hubiese aceptado su derrota 6 años atrás? Sin duda México habría experimentado mayor crecimiento, pero cuánto 1, 2, 5, 10 puntos PIB?, la delincuencia estaría débil, enfrentando a un solo bloque de ciudadanos con diversidad ideológica, pero unidos en lucha contra los enemigos de México. Pero algo determinante para el conglomerado social; Peña Nieto estaría débil, con un partido sin posibilidad de reconstrucción, con nula presencia en el congreso, un PRI relegado a la tercera posición.
Esos son sólo ejercicios, onanismo mental, lo real es un AMLO que desdeñó su oportunidad histórica, nadie le habría recriminado cuestionar al Presidente Calderón, todo mundo habría aplaudido su discurso contestatario y quizás construir una sólida candidatura, no obstante la ambición o desesperación terminó por doblegarlo.
Hoy enfrentamos el regreso del PRI a través de una descomunal y ofensiva compra de votos, ni la gran candidatura que representaba Josefina, ni el 132 apoyando a AMLO pudieron restar lo suficiente al candidato de la tele.
México no festejó, ¿Tienes vergüenza Hermosa Patria?, los ciudadanos contemplamos con desesperación la decisión de una mayoría construida con recursos millonarios de precedencia ilegal, bien de gobiernos estatales, bien producto del patrocinio criminal.
Mexicanos compartimos un incierto y poco alentador futuro, con la tristeza de entender que vienen tiempos difíciles, tiempo en los que muchas vecinas más festejarán el haber entregado el país a la delincuencia, y sonriendo a la cuasi-traición popular de un México que dice tener hambre, pero que despilfarra el banquete.
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