domingo, 3 de julio de 2011

Peje y Peña se reparten Estado de México.

La del Estado de México ha sido una contienda electoral inequitativa a todas luces, atestiguada por todo el país gracias al gran interés que sospechosamente los medios han evidenciado al tratarse del reinado de su candidato: Enrique Peña Nieto.

Al decadente PRI le bastó conservar la entidad más poblada que también es la que con más recursos cuenta para revivir desde el bastión del Grupo Atlacomulco a sus más retrógradas estructuras clientelares. Fue a través del erario mexiquense que se financió la mayoría de la cámara priísta y a los Gobiernos de Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, Durango, Zacatecas, Yucatán, etc.

Peña Nieto ha hecho alarde de conocimiento en el manejo y corrupción de instituciones, legislando (vía sus asalariados diputados locales y federales) deleznablemente a modo lo mismo para obstaculizar alianzas que para impedir la divulgación de gastos y excesos en las campañas en tierras mexiquenses.

El divo de Atlacomulco es también el máximo responsable del estanco en las reformas política, económica y de seguridad. No desea dar espacio de maniobra a Felipe Calderón pues el lucimiento de éste es necesariamente opacidad para él, aún si el país es la víctima de sus caprichos.

Cuenta asimismo con un Instituto Electoral del Estado de México y Tribunal Electoral del Estado de México, interventores de juguete que se encargarán de la desaparición oportuna de cualquier prueba que evidencie una contienda a todas luces atípica y desigual, violando cualquier reglamento de instituciones y procedimientos electorales. Es ya una “bonita” costumbre que los consejeros del IEEM una vez concluida su gestión se integren a las redes ciudadanas priístas o a dirigencias estatales como pago a su buen servicio en favor del Revolucionario Institucional, como es el caso del Bernardo García Cisneros quien tras su salida del IEEM se desempeñó como enlace de Peña Nieto y actualmente despacha en la  presidencia de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del gobierno del Estado de México.
 
El Estado de México puede dar fe del descarado despilfarro económico que ha venido realizando el PRI; despensas, material para construcción y dinero repartido por millones es la desgarradora realidad de un Estado que dobló las manos ante la ambición y el conformismo, creyendo falazmente que las migajas repartidas estos días construirán un México más seguro, mejor, ignorando deliberadamente que de esta forma estaban endosando la condenación de la patria a un tobogán siniestro que nos conduce crudamente al pantano del que nos costó 70 años, miles de vidas y décadas de atraso salir.
Peña Nieto sólo compara su ambición con su retrógrada y corrupto ser, pero en este engaño y ultraje de la democracia suicida no operó solo, todo fue con la complicidad del oclócrata resentido y enemigo de la nación Andrés Manuel López Obrador, quien ha jugado de manera magistral su disminuido capital político, en busca de acabar con el país y como agregado con la izquierda mexicana, literalmente se jugó la vida para romper la alianza cantada entre PAN y PRD, ahora por separado Encinas y Bravo Mena no tienen la menor posibilidad.

Es una sinvergüenzada orquestada desde el trono del Priísmo y la cómplice y pusilánime sociedad mexiquense, que ha vendido la última posibilidad de un México en contra de la delincuencia, honesto y mejor a cambio de los tres pesos que Enrique Peña Nieto les ha regalado del erario recaudado del México comprometido.

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