Lo vi por primera vez en Facebook en lo que parecía ser una hoja escaneada del Periódico Reforma se leía “Promete Peña Nieto mejores ¡Telenovelas!”, mi primera reacción fue reír, “un fake más”, pensé pero para mi sorpresa twitter hacía trizas al errático político por sus sistemáticos resbalones.
Sin embargo en este tablero de ajedrez tan mal jugado por Mr. Telenovela siempre hay un peón dispuesto a lustrar el calzado del jefe, era el turno de Luis Vedegaray quien de manera tajante desmintió el documento sobre el que Enrique Peña basaba su propuesta para asumirse como “El Candidato de Las Mujeres”.
Aunque parecía una ingenuidad muy cercana a la estupidez, nadie que conozca al oriundo de Atlacomulco se atrevía meter las manos al lodo por él, no tras sus incontables desaciertos en cada una de sus salidas al ruedo.
Esta pobre propuesta, es el perfecto ejemplo del caos mental con el que se ha conducido tras abandonar el guión que los Azcárraga escribieron para manipular a las pusilánimes masas, nadie exagera, es la reacción natural al deambular cuasi zombiesco de Henry.
¿Qué podemos esperar?
- Lo peor!! El país se desmorona ante la inseguridad que sus correligionarios alimentaron por décadas enteras al punto tal de convertirlos en amenaza mundial y según clasificación de algunas ONG representan una fuerza armada mayor que la de muchos países del orbe.
Y mientras multitudinarios asesinatos ocurren Enrique se EmPeña en menospreciar la apremiante situación, lo ridículo del caso y respuesta del hombre en el que han puesto su confianza millones de mexicanos (a través del siempre convincente discurso de la maiceda) es permanecer callado para no comprometerse a nada.
Así entre imbéciles soluciones con abrazos readaptadores propuestos por AMLO y la hipotética oferta de mejor contenido dramático en la televisión mexicana como detonante del crecimiento económico y reintegración familiar, seguro que los malhechores se carcajean a mandíbula batiente por la contraparte disfuncional que como propuesta al reclamo de seguridad tiene siempre el peor chiste existente, justo el que evidencie su pobreza mental y moral ante las conformistas miradas de una nación que no entiende a la política como la solución, sino como el problema.
Mientras tanto qué diablos haremos para pacificar a México?, seguro que Henry tiene un emocionante episodio producido por la no menos culpable y sí pésima televisión nacional, a quien tiene contratado como mejores amigos.
Sin embargo en este tablero de ajedrez tan mal jugado por Mr. Telenovela siempre hay un peón dispuesto a lustrar el calzado del jefe, era el turno de Luis Vedegaray quien de manera tajante desmintió el documento sobre el que Enrique Peña basaba su propuesta para asumirse como “El Candidato de Las Mujeres”.
Aunque parecía una ingenuidad muy cercana a la estupidez, nadie que conozca al oriundo de Atlacomulco se atrevía meter las manos al lodo por él, no tras sus incontables desaciertos en cada una de sus salidas al ruedo.
Esta pobre propuesta, es el perfecto ejemplo del caos mental con el que se ha conducido tras abandonar el guión que los Azcárraga escribieron para manipular a las pusilánimes masas, nadie exagera, es la reacción natural al deambular cuasi zombiesco de Henry.
¿Qué podemos esperar?
- Lo peor!! El país se desmorona ante la inseguridad que sus correligionarios alimentaron por décadas enteras al punto tal de convertirlos en amenaza mundial y según clasificación de algunas ONG representan una fuerza armada mayor que la de muchos países del orbe.
Y mientras multitudinarios asesinatos ocurren Enrique se EmPeña en menospreciar la apremiante situación, lo ridículo del caso y respuesta del hombre en el que han puesto su confianza millones de mexicanos (a través del siempre convincente discurso de la maiceda) es permanecer callado para no comprometerse a nada.
Así entre imbéciles soluciones con abrazos readaptadores propuestos por AMLO y la hipotética oferta de mejor contenido dramático en la televisión mexicana como detonante del crecimiento económico y reintegración familiar, seguro que los malhechores se carcajean a mandíbula batiente por la contraparte disfuncional que como propuesta al reclamo de seguridad tiene siempre el peor chiste existente, justo el que evidencie su pobreza mental y moral ante las conformistas miradas de una nación que no entiende a la política como la solución, sino como el problema.
Mientras tanto qué diablos haremos para pacificar a México?, seguro que Henry tiene un emocionante episodio producido por la no menos culpable y sí pésima televisión nacional, a quien tiene contratado como mejores amigos.
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